En el día de ayer, la Consejería de Educación comunicó su intención de abrir las Escuelas de Educación Infantil a partir del próximo lunes día 29 de junio hasta el 24 de julio, con una serie de condicionantes: que ambos progenitores trabajen de forma presencial, una declaración jurada de no estar en contacto con el COVID y que se alcance un mínimo de 5 niños para abrir el centro.
Desde la UGT creemos que se trata de una apertura precipitada, que no resuelve la posibilidad de conciliación de la vida familiar, pues se trata de un periodo muy corto de actividad y que tiene problemas logísticos para su puesta en práctica, que no están resueltos por parte de la Consejería de Educación.
El primero, es la falta de un protocolo específico para estas escuelas, que recoja su problemática, destacamos:
• Son centros donde es imposible aplicar las medidas de distanciamiento social (el contacto directo es fundamental para el desarrollo en estas edades).
• Se requiere una fase de adaptación de los niños y niñas en su incorporación a la EEI, tan largo como el tiempo en que van a estar abiertas de forma efectiva.
• Requiere reforzar los planes de limpieza y desinfección.
Ligado a este protocolo, el personal que se incorpore debería tener, mínimo, un test de seroprevalencia realizado. De momento, no se sabe cuando se realizarán estas pruebas y nos tememos que pasará como en los Centros de Educación Especial, dónde llevan trabajando Fisioterapeutas y Ayudantes Técnicos Educativos desde el día 23 de junio y siguen esperando que se les realicen los test serológicos. Y dentro de las medidas de protección de la salud, es obligatorio un equipamiento completo y suficiente de EPIs para todo el personal que se incorpore y de momento, no nos consta esa disponibilidad en las EEI.
En resumen, se detecta demasiada precipitación en la medida y detectamos descoordinación con los profesionales que deberán trabajar en el centro.
