¿Qué futuro le espera a nuestra Sanidad pública?

Dice el refrán “ que cuando el diablo no sabe qué hacer con el rabo espanta las moscas” y esto es lo que lleva haciendo la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León desde que asumió en el 2002 las competencias en materia de sanidad,  desde entonces nuestra administración sanitaria nada en un mar de dudas,  entre la conveniencia de mantener el actual modelo heredado del antiguo Insalud o  implantar un nuevo modelo sanitario que de respuesta a las necesidades específicas  de los ciudadanos de nuestro territorio. De momento esa duda se ha resuelto con un mandato político, que valora más el no hacer nada dejando las cosas como están, aunque estén mal, que tomar medidas que puedan no ser comprendidas por los ciudadanos, comprometiendo así sus resultados electorales.

Como profesional del sistema sanitario público, es motivo de orgullo, leer las muestras de agradecimiento que ante una buena asistencia sanitaria expresan los ciudadanos en los medios de comunicación. Y es que, hasta no hace muchos años era muy habitual recibir el reconocimiento de las personas que recibían asistencia sanitaria en los centros públicos.

Es necesario que todos pongamos en valor el buen hacer de los profesionales de la sanidad pública, por que son los garantes del principio de igualdad entre todos las personas que precisan de las prestaciones de asistencia sanitaria , máxime en un contexto donde la gestión arbitraria e ineficaz de la Consejería de Sanidad, favorece la desafección con el sistema sanitario público al tomar medidas que desincentivan la unión y el trabajo en equipo y promueven la discriminación entre categorías, un ejemplo claro lo tenemos con la retribución sectaria de los sábados para unos y no para otros que recientemente aprobó el Consejero.

Ha quedado patente que la inacción de la Consejería incentiva el abandono de puestos de trabajo   de las comarcas situadas en la periferia de las diferentes provincias y de los hospitales de las Áreas de Salud más pequeñas, al no acometer una regulación normativa específica para solucionar el grave problema de los puestos de difícil cobertura, que si hace escasos años afectaba a unas pocas comarcas y a determinados Centros de salud , en la actualidad el problema ya afecta a provincias completas incluyendo sus hospitales.

Y nada mejor para lograrlo, que evitar individualizar la singularidad de cada puesto de trabajo mediante una valoración adaptada a sus particularidades.

¿Qué futuro le espera a la Sanidad de Castilla y León?

La respuesta dado el deterioro actual va a depender del compromiso presupuestario de los responsables políticos que gobiernen la Junta de Castilla y León, de que estos responsables desvinculen la gestión sanitaria de la gestión política, de que profesionalicen el sistema sanitario público y huyan de la arbitrariedad actual de los nombramientos de los cargos con responsabilidad que se supeditan a la sintonía con el partido.

Por otra parte, el futuro de la Sanidad pública de los castellanos y leoneses dependerá también de la valentía para adaptar el modelo actual heredado del antiguo Insalud a los cambios demográficos y sociales que durante estos últimos cuarenta años se han producido en nuestra Comunidad Autónoma, modelo que deberá valorar el aumento de los recursos propios para adaptar la demanda de asistencia a la oferta que se ofrece y con ello poder reducir las listas de espera a tiempos razonables, capitalizando así el sistema sanitario público y evitando por tanto los conciertos y derivaciones con la sanidad privada, que no solucionan el problema estructural  generado por tantos años de precariedad inversora.

El 15 de marzo UGT, CCOO y las Plataformas en Defensa de la Sanidad Pública saldrán a la calle arropadas por otras muchas organizaciones y asociaciones, uniendo las reivindicaciones de los ciudadanos a las reivindicaciones de los profesionales.

En estos momentos la falta de médicos especialistas es una muestra más de la dejadez y la falta de previsión que hacia la sanidad pública han tenido nuestros políticos, las jubilaciones que se iban a producir eran conocidas, también lo era la guerra que se desataría entre Consejerías de las diferentes Comunidades por captar profesionales, algunas han sido muy diligentes a la hora de ofrecer nombramientos duraderos y buenas condiciones laborales y retributivas.

En el resto de categorías que sustentan el sistema sanitario público, no hay problema para aumentar las plantillas pues existen profesionales suficientes, la precariedad la provoca la propia Consejería, manteniendo plantillas raquíticas para las cargas de trabajo que les asignan y manteniendo una estructura retributiva en algunas de ellas y en algunos turnos de trabajo que se sitúa en el entorno del SMI después de las últimas subidas.

No puedo por menos, que traer a colación las palabras del Consejero de Sanidad el pasado día 25 de febrero en las Cortes Regionales, cuando ante una denuncia de la falta de oncólogos en el Complejo Asistencial de Zamora, acusaba a la oposición de “asustar a los pacientes y familias” y “desacreditar la sanidad pública”. En términos similares se despachaba la Consejería de Sanidad en el año 2014 cuando anunciábamos la tormenta que se nos vendría encima ante la falta de médicos, ya ven donde estamos ahora.

Otra gestión de la sanidad pública  es necesaria, por eso profesionales y ciudadanos de toda la región estaremos en las calles de Valladolid el próximo 15 de marzo, exigiendo que se adopten medidas para salvar la sanidad pública, nos va la vida en ello.

Jerónimo Cantuche Legido,

Responsable Sanidad SPUGT Zamora

Portavoz MDSP de Zamora

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