FeSP-UGT Castilla y León considera que este acuerdo, que incluye varias de sus propuestas, es un paso fundamental para mejorar la atención a las personas dependientes.
La Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos de UGT CyL muestra su satisfacción por el acuerdo que se ha alcanzado en la Mesa del Dialogo Social Estatal en materia de dependencia. Este acuerdo recoge gran parte de las reivindicaciones que FeSP-UGT planteó para mejorar las condiciones de trabajo en el sector en materia de Dependencia. Se establecen mejoras para la financiación del Sistema de Atención a la Dependencia en al menos 600 millones de euros para el 2021 e incluye objetivos para mejorar en los próximos años dicho sistema.
En la misma línea, UGT considera que “asegurar a las personas trabajadoras unas condiciones laborales adecuadas es un buen comienzo para que la sociedad reconozca el valor económico y social de los trabajos de cuidados, así como para poder garantizar la adecuada atención de las personas dependientes”.
Según la organización sindical, “el trabajo del sector Sociosanitario es uno de los más exigentes física y mentalmente”. De hecho, el 60% de los trabajadores informan de que están expuestos a factores de riesgo físico y el 46%, a factores de riesgo psicológico, riesgo que está incrementado exponencialmente como consecuencia de la pandemia. Por eso, desde UGTCyL consideran importante que el pacto establezca objetivos prioritarios de mejora del SAAD para los próximos años. Mayoritariamente, este trabajo está desempeñado por mujeres y, según el sindicato, “mantiene unas tasas de precariedad insoportables y unas condiciones lamentables para satisfacer la demanda de cuidados”.
Desde la FeSP-UGT Castilla y León valoran que el acuerdo alcanzado en la Mesa del Dialogo Social “subraye particularmente reducir de forma sustancial la lista de espera y los tiempos de tramitación de las solicitudes; asegurar que las condiciones laborales de las personas que trabajan en el SAAD sean más adecuadas; e introducir mejoras en los servicios y prestaciones que garanticen la atención adecuada de las personas dependientes, preferiblemente mediante servicios profesionales de calidad”. También, que “incida en la revisión del acuerdo de acreditación de centros y la regulación de la figura profesional del asistente personal”.
Según los portavoces sindicales, “no es posible prestar cuidados de alta calidad si los y las trabajadoras no tienen condiciones dignas”. Al respecto, desde 2017 FeSP-UGT han llevado a cabo campañas de información y denuncia ante distintas instituciones como el Defensor del Pueblo, a los anteriores gobiernos y al actual Secretario de Estado de Derechos Sociales. También, denuncian que los destinatarios de los cuidados sufren las consecuencias de las malas condiciones de trabajo que deben soportar los y las cuidadoras y, en consecuencia, defienden la “necesidad de dignificar las condiciones laborales en este sector”.
La FeSP-UGT CyL espera que el incremento en la financiación se vea reflejado también en la mejora de las condiciones laborales de las trabajadoras tanto del Convenio Colectivo marco estatal de servicios de atención a las personas dependientes y desarrollo de la promoción de la autonomía personal como del Convenio Colectivo de ayuda a domicilio para Castilla y León, algo que deberá materializarse en las mesas de negociación de ambos convenios que llevan sin mejoras desde hace ya demasiados años y que, en la actualidad, están constituidas, aunque sin perspectiva de mejoras sustanciales por la parte empresarial. Además, según la organización sindical, “la crisis derivada del COVID no es una crisis de actividad empresarial. Es una crisis social y requiere mejorar las condiciones de trabajo para satisfacer la demanda de cuidado”.
Para finalizar, UGT ha querido poner en valor el trabajo realizado por todas las personas que han cuidado a nuestros mayores, tanto en los centros residenciales, como en los domicilios, centros de día y desde la teleasistencia. Según ellos, las trabajadoras se han mantenido al lado de los dependientes con muy pocos medios, incluso de protección, para prestarles cuidados, especialmente durante la primera ola de la pandemia.